Como padres y maestros deseamos
enseñar a los niños a acercarse a nosotros cuando tienen algún problema,
deseamos generar confianza y una relación cercana, sin embargo cuando
castigamos de la manera inadecuada, estamos generando lo contrario, esto es,
que los niños aprendan a evitarnos y a escapar de nosotros.
Un ejemplo de cómo podemos generar un efecto no deseado con el castigo son las
siguientes conductas de alejamiento o evitación:
Hacer trampa
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Evitar el castigo por equivocarse
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Faltar a la escuela
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Escapar de los numerosos castigos y
al fracaso escolar provocados por maestros ineficientes y una administración
escolar correctiva.
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Escapar de casa
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Evitar los numerosos castigos que
pueden aplicar los padres.
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Hacer cosas a escondidas
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Evitar que lo atrapen si se porta
mal.
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Mentir
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Evitar el castigo por haber hecho
algo malo.
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Esconderse
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Evitar ser encontrado y entonces
recibir un castigo.
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Otra razón válida para evitar las
formas físicas de aplicar el castigo, es que estas muestran al niño cómo ser
agresivo con sus compañeros. No olvidemos que los niños imitan casi todo lo que
ven hacer a los adultos, por tanto los niños que tienen padres que son
agresivos con ellos mediante el castigo, tienden a ser mucho más agresivos con
otros niños.
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